En los últimos años, la carpintería de PVC ha crecido considerablemente y son muchas las personas que han decidido instalar ventanas de PVC en sus hogares. En países como Francia o Irlanda el 70% de las viviendas tienen instaladas este material, que por sus numerosas cualidades resulta perfecto para asegurar un óptimo aislamiento térmico y acústico, además de una gran resistencia al viento y al agua para nuestros hogares.

Para aprovechar al máximo su rendimiento, el PVC necesita una limpieza y un mantenimiento especial. Lo primero que debemos tener en cuenta es que el PVC es un material al que no le afecta la humedad o la salinidad del mar. Es por esta razón, que resulta altamente recomendable para aquellos lugares expuestos a condiciones ambientales adversas. Veamos algunas de las recomendaciones para mantener nuestras ventanas de PVC como el primer día.

Las ranuras de ventilación que tienen algunas ventanasse deben limpiar y mantener siempre abiertas para que no se estropeen y puedan seguir cumpliendo con su función. Además, tenemos que prestar especial atención a los perfiles. Éstos se tienen que limpiar con un paño suave humedecido en agua y jabón neutro, y después se tienen que secar con abundante agua para que no queden restos de jabón. Este procedimiento se debe hacer al menos una vez al mes si queremos que las ventanas de PVC de casa luzcan en perfecto estado. Las juntas de goma de los cierres y el acristalamiento se deben limpiar también con agua y jabón.

Por lo que respecta a los herrajes o elementos metálicos, basta con limpiarlos dos veces al año y también resulta necesario engrasar con aceite todas las piezas para que tengan movilidad y no se estropeen. El aceite que utilicemos no debe contener ninguna clase de ácido.

Por último, las ventanas de PVC por ser  altamente herméticas impiden que haya paso de aire y es recomendable que ventilemos la vivienda al menos dos veces al día para evitar la acumulación de olores indeseables. Si además tu casa se encuentra en una zona con mucha humedad, deberás hacer este gesto tres veces al día, impedirás así que el olor a humedad sea uno más de la familia.

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