Las ventanas exteriores de una vivienda no tienen las mismas necesidades que las ventanas interiores, ya que se exponen a la climatología de forma constante.

Datos a tener en cuenta

La primera premisa para elegir tus ventanas exteriores es la resistencia, es decir, que sean capaces de soportar días de viento, lluvia, nieve o mucho calor sin deteriorarse, ni provocar condensación, ni generar corrosión.

Es importante escoger un material muy resistente y duradero, que esté preparado para soportar todo tipo de climas, como por ejemplo el aluminio. Las ventanas de aluminio tienen mucha demanda, porque es un material capaz de proteger el interior de una forma segura, consiguiendo un gran aislamiento, sin dejar que el frío, el calor o el agua se cuele en el interior de la vivienda.

Las ventanas de aluminio son ignífugas, es decir, que en el caso de que se produjese un incendio no prenderían, ni propagarían las llamas. El aluminio tampoco desprende gases tóxicos, de modo que en el caso de que se diera este accidente, tendrías más margen para poder salir de tu casa y para no inhalar gases nocivos para tu salud.

El PVC también es una buena opción, ya que es un material que, como pasa con el aluminio, no es poroso, es decir, que no absorbe humedad y es uno de los materiales más aislantes del mercado. Ambas opciones proporcionan una estabilidad en la temperatura ambiente del inmueble y, además, aumentan el confort térmico y acústico del hogar.

Las ventanas exteriores deben ser robustas, compactas y capaces de soportar impactos, ralladas o roturas todo lo posible, además de ser fáciles de mantener y de limpiar. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque así no deberás estar pendiente de ellas continuamente, sino que podrás hacer un mantenimiento muy sencillo y, a cambio, conseguirás unas ventanas exteriores radiantes durante muchos años, consiguiendo que la inversión de estos cerramientos sea realmente rentable.

Otra de las cosas en las que debes fijarte, siguiendo con la funcionalidad y la practicidad de tus ventanas exteriores, es que la apertura se ajuste a tus necesidades, es decir, que pueda darte aquello que te sea más útil. Lo más conveniente es optar por ventanas o ventanales que tengan una apertura vertical y horizontal, es decir, oscilobatientes. De este modo, podrás elegir si quieres abrir la ventana por completo o bien quieres optar por abrir solo la parte superior, si lo que quieres es simplemente ventilar la estancia.

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