La limpieza de las ventanas es una actividad que a menudo dejamos en el olvido, pero que en realidad requiere de atención y de un trabajo detallado, para conseguir eliminar la suciedad que se incrusta (sobre todo del lado exterior) en marcos, cristales, e incluso, persianas.

Como especialistas en carpintería de aluminio, y en el cumplimiento de calidad de nuestros servicios en productos como la instalación de ventanas de todo tipo, cristales a medida, persianas, mallorquinas y demás elementos; desde el blog de Aluminios Nou Stil Terrassa, hoy queremos hacer hincapié en esta tarea, y ayudaros con unos pequeños consejos para mantener siempre limpias vuestras ventanas en toda su plenitud.

Primero de todo, hay que comprar los productos adecuados para el desarrollo de esta actividad. Hablamos de los líquidos específicos para cada tarea. En el mercado encontraremos infinidad de posibilidades, si bien, si queréis, podéis elaborar vosotros mismos vuestra propia mezcla limpiadora.

 

limpieza cristales

Una vez disponemos de ellos, podemos comenzar con la limpieza. Debemos seguir un orden lógico de limpieza, para garantizar que cuando limpiamos la ventana, no terminamos ensuciándola de nuevo. Es decir, comenzad primero por limpiar persianas y marcos, y dejad los cristales para el final. De otro modo, seguro los tendréis que limpiar de nuevo porque se ensuciarán.

Para la limpieza de los marcos, lo más importante a tener en cuenta es que debéis utilizar una sustancia limpiadora acorde con el material del que estén fabricados. Si están hechas de aluminio, como nuestra especialidad en Aluminios Nou Stil, lo idóneo es emplear agua con unas gotas de alcohol. Para los marcos de PVC y otros materiales sintéticos, mejor agua y jabón, o detergente para el lavavajillas. Y en el caso de marcos de ventana de madera, conviene limpiarla con algún producto específico para el tratado de este material especial.

Las persianas son un mundo completamente distinto y de mayor minuciosidad. La verdad es que por estar en contacto con el exterior, acumulan mucha más suciedad y polvo que, con facilidad, penetra en las estrechas ranuras. Por ello, exigen una limpieza detallada, por ambos lados. Si queréis ahorraros la dureza de este trabajo, aprovechad los días de lluvia para dejar que, al menos por fuera, las persianas se limpies solas. Además, el beneficio es doble. Las persianas se limpian y se les quita el polvo y, de paso, protegemos los cristales de la suciedad de las gotas de lluvia, cosa que hace que luego sea menos complicado limpiarlo todo.

Los cristales son el último paso para terminar de lucir unas ventanas limpias. Con el producto limpiacristales adecuado, o mediante uno de esos remedios caseros que se pueden desarrollar con agua, vinagre, lavavajillas y zumo de limón; podemos conseguir excelentes resultados si limpiamos con papel de periódico, por increíble que parezca. Su textura y consistencia hace que limpie mejor y deje menos rastros sobre la superficie. Aunque nos ensuciemos las manos con la tinta, el resultado definitivo valdrá la pena. Otro dato a tener en cuenta, es que para limpiar cristales, no debemos echar el limpiacristales y pasar enseguida el trapo, paño o papel de secar. Hay que dejar que el líquido limpiador actúe.

Y una última curiosidad que os ayudará también a escoger el mejor momento para limpiar vuestros cristales, persianas y ventanas, en general. Al contrario de lo que pueda parecer, los momentos de pleno sol son los peores para efectuar la limpieza de la ventana. Eso sucede porque en esas condiciones, el líquido limpiador se seca rápidamente y no permitimos que éste llegue a actuar sobre la suciedad de la ventana del mejor modo posible. Por eso, conviene limpiar en días húmedos y no tan calurosos.

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